viernes, 31 de julio de 2009

Uno, dos, tres... Mil o Acciones imaginarias donde apareces tú



Doy un respiro (¿Uno, dos, tres... mil? ¡Uno, dos tres...mil!). Toco el timbre y mi corazón empieza a correr sobre una cuerda floja. Me arrepiento... Olvido porqué he venido hasta aquí... Se borran mis pensamientos. Me agito... Hundo la cara entre mis manos y me recargo contra la pared, atrás de mi aparece ella (sorprendida al darse cuenta de mi presencia), me toca el hombro, volteo hacia ella y cruzo la linea de meta... La beso dejando escapar ese frenesí que guardaba desde el primer momento en que la vi.
Se separa de mí... La tomo de las manos... ¡De las manos!
Estoy buscando descifrarla pero me suelta las manos y entonces mi corazón que hasta entonces se balanceaba sobre una cuerda cae...
Ella voltea y abre la boca como queriendo decir algo. Se arrepiente de último segundo... Me mira de reojo y yo sólo siento que el tiempo se me escapa de las manos... que he llegado a una cuenta infinita esperando una respuesta...  U-na res-pu-es-ta... (Supensivos siempre).
Pero:

Me besa y me clava su mirada más sincera... de pronto sé que ella es la única que sabe levantar mi corazón, romperlo, re-armarlo y hacerlo volar.


Gunz escucha: